Las comunidades son parte de la identidad de un país, de una región, de una ciudad o de un pueblo. El sentido de comunidad según Sarason (1974) y Chavis (1986) es definida como “aquella sensación de formar parte de un grupo, un sentimiento compartido de que las necesidades colectivas serán atendidas bajo un compromiso cooperativo entre todos sus integrantes”.

En lugares aislados el sentido de comunidad adquiere ribetes importantes; es la fuerza del colectivo la que ayuda a impulsar la concreción de objetivos en común, que buscan por sobre todo, el bienestar de sus integrantes.
La importancia de velar por la unión de las personas que integran las comunidades radica en las relaciones sólidas que se generan y perduran en el tiempo, aportando al sentido de pertenencia de cada ser humano que la integra. Las comunidades son parte del acervo cultural que cada territorio posee, por ende, es necesario preservarlas, impulsarlas a crecer y fortalecerlas continuamente ya que son el testimonio vivo de las diversas esencias que componen un país, de los variados matices que éste posee.